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domingo, 13 de junio de 2010

¡No te pierdas este mensaje de blog!

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Viendo la pasión, el cariño y la atención que tanta gente emplea en ciertas aficiones (fútbol, programas del corazón, tauromaquia y anti-tauromaquia, semana santa y besadas de pies de santos) uno, viendo las cosas y los sucesos desde una hastiada distancia; se pregunta que pasaría si el pueblo dejara de ser plebe o populacho y empezase a invertir su pasión y su esfuerzo en su propia felicidad (quiero decir una felicidad real, de satisfacción por los acontecimientos propios) más que en la contemplación o celebración de los hechos de otros (que si messi o cristiano hicieron un gran gol, que si fulanito tiene una amante, que si el torero hizo una gran faena, que si la virgen estaba preciosa con aquel manto). Entiendo que tod@s necesitamos evadirnos, la evasión, el juego y la abstracción son necesarios para la salud mental de una persona que no puede estar continuamente soportando la carga de los problemas de la vida,yo personalmente tan sólo puedo aplacar mi insatisfacción por la falta de trabajo, con meditación por un lado y con lectura evasiva por otro y admito que no les hago ascos a las carreras de fórmula 1 y a los partidos del mundial de fútbol y entiendo que mi madre guste de ver los programas de corazón, son una forma de evadirse de los problemas del cada día, estos entretenimientos son como analgésicos para una situación personal dolorosa El problema lo veo yo cuando la evasión se convierte en el centro de tu vida, cuando esa evasión se convierte en la principal forma de satisfacción personal, cuando el fútbol, los programas del corazón, el internet o determinadas costumbres religiosas se convierten en tu principal (y a veces único) motivo de satisfacción personal o cuando los ídolos que nosotros mismos nos creamos o nos dejamos crear, se convierten en nuestros ejemplos de vida. ¿De verdad son Belén Esteban, Cristiano Ronaldo o Messi, Pocholo, Mourinho o Antonio Banderas ejemplos a seguir?, ¿no podría ser un ejemplo a seguir un bombero, un policía honesto o un político que no tuviera que regalarnos los oídos o seducirnos con lo que queremos oír?. La pregunta que yo me hago es... en medio de tanta manipulación, ¿realmente pensamos por nosotr@s mism@s o pensamos y hacemos lo que nos hacen pensar y hacer?

nota: lo de abajo son artículos de wikipedia que puede que te ayuden a formarte tu propia opinión, si quieres claro

Panem et circenses

«Panem et circenses» («Pan y circo») (literalmente, «pan y juegos del circo») es una locución latina peyorativa de uso actual que describe la práctica de un gobierno que para mantener tranquila a la población u ocultar hechos controvertidos, provee a las masas de alimento y entretenimiento de baja calidad y con criterios asistencialistas.
Gramaticalmente, está formada por el acusativo de panis, -is ('pan') y el acusativo de circensis, -e ('circense').

La frase fue creada en el siglo I por el poeta romano Juvenal y se encuentra en su Sátira X (81). En su origen describía la costumbre de los emperadores romanos de regalar trigo y entradas para los juegos circenses (carreras de carretas y otros) como forma de mantener al pueblo distraído de la política.
Julio César mandaba distribuir el trigo gratuitamente, o venderlo muy barato, a los más pobres, unos 200.000 beneficiarios. Tres siglos más tarde, Aureliano continuaría la costumbre repartiendo a 300.000 personas dos panes gratuitos por día.
Equivale en la actualidad a «pan y toros», «pan y fútbol», «pan y diversión», etc.

Telebasura
La telebasura da nombre a una forma de hacer televisión caracterizada por explotar el morbo, el sensacionalismo y el escándalo como estrategias de atracción de la audiencia. La telebasura se define por los asuntos que aborda, por los personajes que exhibe y coloca en primer plano y, sobre todo, por el enfoque distorsionado al que recurre para tratar dichos asuntos y personajes.

Según el Consell de l'Audiovisual de Catalunya, podríamos definir la telebasura como el conjunto de programas en los que confluyen "la vulneración de derechos fundamentales, la falta de consideración hacia los valores democráticos o cívicos, como por ejemplo, el desprecio de la dignidad que toda persona merece, el poco o ningún respeto a la vida privada o a la intimidad de las personas o la utilización de un lenguaje chillón, grosero e impúdico. Todo esto se lleva a cabo con la intención de convertir en espectáculo la vida de determinados personajes que, generalmente, se prestan a ser manipulados a cambio de la celebridad que les da la televisión o a cambio de contraprestaciones económicas"

La telebasura como modelo de negocios

La telebasura surge, en parte, por las características del negocio televisivo y la necesidad permanente de elevar sus índices de audiencia. Existen varios modelos de negocio televisivo (televisión pública, televisión publicitaria o privadas en abierto, y televisión de pago) que requieren distintos modos de fidelización de la audiencia. Cada uno de estos modelos de negocio, por sus propias características definitorias, opera con un concepto diferente de audiencia y se sirve de distintas estrategias, a la hora de configurar sus programaciones. La televisión privada en abierto (en la que el producto es la audiencia y el cliente es el anunciante), es la que mayores esfuerzos de fidelización de audiencias debe realizar, ya que sus ingresos dependen totalmente de los contratos publicitarios que, a su vez, dependen de los índices de audiencia. Los restantes modelos compiten en una categoría distinta (en la que identificamos como producto la programación y como cliente al telespectador), ya que a los ingresos publicitarios cabe sumar los que aporta el Estado (en el caso de la televisión pública) y los que aportan los clientes suscritos (en la televisión de pago).

Pan y fútbol

A mediados del siglo XX se hizo la paráfrasis «Pan y fútbol», aplicado al papel que durante el franquismo tuvo este deporte, canalizador de las inquietudes sociales. Esto no sólo funcionó para la adhesión al régimen ejemplificada en el Real Madrid, ganador de las primeras copas de Europa, y que en opinión popular se oponía como club de ricos al Atlético de Madrid, que consideraban club de pobres.
Independientemente de que esto fuera o no cierto (Santiago Bernabéu no pertenecía a una clase diferente a la de Vicente Calderón, y los que llenaban las localidades de a pie de un estadio no ganaban más dinero de los que llenaban el otro), la funcionalidad era clara: la lucha de clases podía canalizarse de forma inofensiva socialmente en discusiones de bar. También lo hizo para la oposición al franquismo, como fue el caso del Fútbol Club Barcelona, calificado de más que un club por su vinculación al catalanismo, y de los clubes vascos (Athletic de Bilbao, Real Sociedad) que se enorgullecían de tener sólo jugadores vascos.
El juego de las quinielas, que mantenía pendientes de la radio las tardes de domingo a los que no iban a los partidos, fue comparado sarcásticamente con la represión política en España: había libertad porque podía elegirse «1», «X» o «2», sin que se obligara a nadie.


De alguna manera, el tópico «Pan y toros», o «Pan y fútbol», puede relacionarse con el famoso tópico de Carlos Marx que define a la religión como el «opio del pueblo»

La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, así como el espíritu de una situación sin alma. Es el opio del pueblo.
Se necesita la abolición de la religión entendida como felicidad ilusoria del pueblo para que pueda darse su felicidad real. La exigencia de renunciar a las ilusiones sobre su condición es la exigencia de renunciar a una condición que necesita de ilusiones. La crítica a la religión es, por tanto, en germen, la crítica del valle de lágrimas, cuyo halo lo constituye la religión. Karl Marx "Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel"
(nota; querría haceros notar aquí que lo que Marx critica aquí no es la fe en Dios, sino la "felicidad ilusoria" que evita que se pueda dar la felicidad real, lo que Marx critica es que la gente se conforme con su trágica situación del ahora gracias al analgésico de la promesa de la vida eterna.

Pan y toros» es un tópico cultural español que, parafraseando la expresión latina de Juvenal «Panem et circenses» ('Pan y circo'), describe la fiesta de los toros como una diversión que halaga las bajas pasiones del pueblo llano, amortigua los conflictos sociales y le mantiene en una situación de atraso.

Origen y difusión del tópico

La expresión en concreto se originó en un panfleto anónimo (respuesta a la Oración apologética por España y su mérito literario de Juan Pablo Forner), que circulaba desde 1793, atribuido a veces a Jovellanos, pero realmente de León de Arroyal, publicado en 1812 y cuyo título es Oración apologética en defensa del estado floreciente de España, pero que todos citaban por su párrafo final:
"Haya pan y haya toros, y más que no haya otra cosa. Gobierno ilustrado: pan y toros pide el pueblo. Pan y toros es la comidilla de España. Pan y toros debes proporcionarla para hacer en lo demás cuanto se te antoje in secula seculorum. Amen".
Su divulgación fue en aumento, en parte gracias a haber dado título a una zarzuela de Francisco Asenjo Barbieri (1864).
La utilización posterior de la expresión es muy abundante. Por ejemplo, Miguel de Unamuno (artículo El espíritu castellano, publicado en La edad Moderna (1895), y recogido posteriormente en el famoso libro de ensayos En torno al casticismo):

"¡Pan y toros, y mañana será otro día! Cuando hay, saquemos tripa de mal año, luego... ¡no importa!".

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